Tu cuerpo te habla... ¿Sabes lo que te dice?
Tu cuerpo te habla sin cesar, de día y de noche. Desgraciadamente, como la mayoría de la gente es muy poco consciente, no comprende su lenguaje.
¿Cómo puedo afirmar que el cuerpo habla? Porque es el reflejo de lo que pasa en nuestro interior. De todos los cuerpos que forman el cuerpo humano, es el más denso y el más basto. De los tres cuerpos del plano material, es decir, los cuerpos mental, emocional y físico, de naturaleza tangible, es el que está más próximo a nosotros. Cuando digo que tu cuerpo te habla, lo que quiero decir es que estos tres cuerpos te hablan, pero que es más fácil oír el cuerpo físico que el cuerpo emocional o el cuerpo mental.
Una persona puede tardar cincuenta años en comprender que tiene una forma de pensar (cuerpo mental) que no es buena para ella. Una persona puede tardar meses, incluso años, en darse cuenta de que tiene una emoción que sobrecarga su cuerpo emocional y que acaba produciendo un bloqueo.
Ni que decir tiene que una herida física no pasa desapercibida. El ser humano la nota muy rápido, aunque a menudo se haga daño sin ni siquiera darse cuenta, sin ser consciente de ello. Por ejemplo, se da cuenta de repente de que tiene un moratón en una pierna o un rasguño en una mano sin tener la menor idea de cómo se los ha hecho.
De ahí la importancia de volverse consciente. Cuando eres consciente te das cuenta rápidamente de que una actitud te perjudica o de que hay gestos que te son nocivos. Puedes verlo inmediatamente y remediarlo en vez de seguir sufriendo las consecuencias de esta actitud o de estos gestos.
Así pues, te sugiero firmemente que utilices tu cuerpo físico para concienciarte con mayor rapidez. Aquí tienes algunas formas que tu cuerpo físico utiliza para hablarte.
TU FORMA DE ALIMENTARTE
¿Te has fijado en que la mayor parte del tiempo comes sin saber realmente si tienes hambre de verdad? Además, cuando comes o bebes algo, ¿tomas lo que tu cuerpo necesita en ese momento?
Te sugiero que al menos durante una semana escribas al final de cada día todo lo que comes y bebes, que te preguntes si tenías verdaderamente hambre y si era lo que necesitabas. De nos ser así, verifica por qué has comido o bebido a pesar de todo. Recuerda que cuando tienes sed, lo que tu cuerpo necesita siempre es agua
Si te das cuenta de que a menudo comes o bebes por costumbre, es decir, porque es la hora de comer, porque se supone que tienes que comer o para no desperdiciar algo, tu cuerpo te dice que también diriges tu vida de esta manera. Te dice que en general, en otras facetas de tu vida, no te paras a pensar en qué es lo que quieres realmente, que actúas por costumbre, como un robot. Ya no eres tú quien dirige tu vida, sino tu mente, que ha asimilado ciertas costumbres y creencias y que hace que te sometas a ellas, ya que de lo contrario estaría mal no hacerlo.
Si comes por emoción, es decir, si tienes la sensación de un vacío interior y comes para intentar llenar este vacío, tu cuerpo te dice que vives emociones pero que no quieres enfrentarte a ellas. Prefieres reprimirlas, controlarlas y comer o beber en su lugar. A fuerza de actuar de este modo, te alejas cada vez más de tu sentir. Con el tiempo, cuando ya no puedas reprimirlas, tendrás la impresión de perder el control, de ahí el miedo a perder el control. Tu cuerpo te dice que es mucho más beneficioso para ti expresar tus emociones a la persona adecuada, pero no olvides que debe hacerse expresando amor y no acusando.
Si comes por ansiedad o glotonería, es decir, cuando uno de tus sentidos te empuja a comer, aunque no tengas hambre, tu cuerpo te dice que te dejas influir fácilmente por los demás. A lo mejor sabes lo que quieres, pero te dejas convencer por los demás de lo contrario.
Como ves, tu forma de alimentarte es muy reveladora de tu actitud interior.
Lo que comes también es muy revelador. Observa lo que comes en relación con los calificativos que darías a los alimentos. Por ejemplo: el café puede ser estimulante; las especias, picantes; el azúcar, dulzura, atención, una recompensa; etc.
Tu cuerpo te dice que comes o bebes estas cosas, que no son necesarias al mantenimiento de la salud del cuerpo físico, para compensar una falta ya sea de picante, de estimulante o de dulzura en tu vida. Ahora que eres consciente de ello, sólo depende de ti darte lo que te falta en vez de compensarlo con la comida. También puedes verificar el grado de esta carencia por el número de veces en que tienes estas necesidades.
TUS MOLESTIAS Y ENFERMEDADES
Efectivamente, cada vez que te duele el cuerpo físico, éste te dice que tus cuerpos emocional y mental te duelen.
Para estar en armonía, estos tres cuerpos deben estar al servicio de tu ser. Cuando sientes dolor, significa que los cuerpos del plano material se han desunido de tu ser, o de tu Dios interior, y que intentan como pueden dirigir tu vida. Les falta la guía de tu Dios interior para sacar adelante esta tarea.
Cuando tu ser desea algo, la verdadera función de tu cuerpo mental es utilizar sus recursos para manifestar lo que deseas. El papel de tu cuerpo emocional es desear y sentir lo que deseas. Y tu cuerpo físico está concebido para poder realizar las acciones en función de lo que deseas. Sin embargo, por desgracia, ¿cuántas veces vemos que se produce lo contrario? He aquí algunos ejemplos:
- Una persona quiere cambiar de trabajo o invertir dinero en una pequeña empresa. No lo hace porque su mente le trae del pasado un recuerdo que está en contradicción con lo que quiere en el momento presente. Este recuerdo le dice que no lo haga, que no se dirija hacia aquello que quiere, ya que le podrían surgir imprevistos u obstáculos y podría arrepentirse. No cabe duda de que ya debe haber sido testigo o que ya debe haber vivido esta experiencia en un momento dado. Ha guardado en su memoria la percepción de esta experiencia que debió ser desagradable. Ahora deja que este recuerdo dirija su vida en vez de dirigirse hacia lo que quiere. ¡Y de repente esta persona se encuentra con que le duelen las piernas!
- Otra persona desea ayuda, apoyo, como por ejemplo una madre de familia que se ocupa de los hijos, la casa, la economía familiar, etc. Evita pedir ayuda y carga con todo ya que cree que es lo que le corresponde a una madre. Probablemente lo aprendió así cuando era más joven. A lo mejor cree que un hombre no puede hacer estas cosas o que no sería una buena esposa o una buena madre si no realiza todas estas tareas. Así pues, se encuentra con que le duele la espalda. Su dolor empeora si se atreve a pedir ayuda y se la rechazan, ya que refuerza lo que cree: tiene que ocuparse de todo ella misma. Esto se convierte cada vez más en una carga. Es importante darse cuenta de que a esta persona no le duele la espalda porque los demás no la apoyan, sino porque ella cree que tiene que hacerlo todo por sí misma para ser una buena persona. Esta creencia tiene como consecuencia que los demás no la apoyen. ¡Siempre nos ocurren las cosas en las que creemos! El cuerpo, con su inteligencia, utiliza la parte del cuerpo relacionada con el pensamiento mental que bloquea la manifestación de un deseo.
Como puedes ver a través de estos dos breves ejemplos, puedes volverte consciente mucho más rápido gracias a lo que pasa en tu cuerpo físico.
Existen muchos otros medios que puedes utilizar para conocerte mejor, como la morfología de tu cuerpo, tu forma de andar, de vestirte, de decorar tu casa, de conducir tu coche, etc.
¿Acaso no es maravilloso constatar como tu cuerpo, así como todo lo que ocurre en tu mundo físico, puede convertirse en un gran amigo en tu vida de todos los días?
LISE BOURBEAU